Simple-Mente
Beatriz E. Alvarez Barrón
He recibido varias
sugerencias para hablar de la ansiedad y los ataques de pánico que, con ayuda,
se pueden tratar y remediar.
Desde niños en el hogar y en
la escuela empezamos a bloquear nuestras emociones porque nos amenazan o por experiencias
desagradables con algún miembro de la familia, en la calle o compañeros de la
escuela.
Todos hemos sentido cierto
grado de ansiedad o nerviosismo, el problema es cuando se convierte en
patología. No es lo mismo la ansiedad de esperar las vacaciones para viajar que
sentir todo el día aprehensión y luego sufrir un ataque agudo de ansiedad que
limita la existencia.
Tampoco es igual el pánico
por un sismo que aquel que nos persigue como sombra implacable de que algo
fatal nos va a ocurrir.
Los casos son variados, hay diversos
tipos de ansiedad y causas, me queda claro que cada persona la experimenta de
diferente manera aunque presenten síntomas similares. Hay pacientes que su
ansiedad la controlan y no llegan a presentar ataques de pánico, otros sienten
el pánico crítico sin una condición previa de angustia prolongada y casi todos
reconocen que la angustia y el pánico agudo no les permite tener tranquilidad.
¿Quieres vivir así? puedes
acostumbrarte y permitir el deterioro físico y mental o puedes atajar el
problema de inmediato y ponerte en manos expertas para curarte.
Voy a referirme a la
experiencia clínica para comprender mejor el tema y orientar al lector. Lo
importante es saber que estos casos tienen remedio y cuando se pueda, hay que
ayudar al amigo, al familiar o a quien sea, para que enfrente y resuelva estas
crisis mediante un tratamiento integral.
La psicoterapia funciona, es
preciso escuchar y comprender para aplicar correctamente todas las técnicas
disponibles y eficaces que hoy existen.
De los casos de ansiedad que
me ha tocado atender observo un sentimiento de preocupación, nerviosismo e
impaciencia y mucho miedo a que les dé un ataque de ansiedad. Todos tienen en
mayor o menor medida estas constantes y a veces hay sudoración excesiva, falta
de aire, mucho calor; una vez que veo estos síntomas diagnostico con facilidad
que el cuadro de ansiedad está presente.
Estos sentimientos de temor
van en aumento y hacen que la persona se empiece a alejar de las actividades
que antes disfrutaba, provocándole problemas en sus relaciones interpersonales.
Evitan ciertos lugares o
situaciones. Si sufrieron un acontecimiento traumático pueden revivir el evento
y aparecer los síntomas de ansiedad por el estrés postraumático.
Si no se atienden pronto los
síntomas se agravan y los ataques de pánico pueden ser recurrentes y cada vez
más críticos, incluso con deseos de morir o suicidarse. Estos ataques
generalmente tienen patrones muy específicos: taquicardia, mareo, desmayo,
debilidad emocional, hormigueo, sudoración, opresión en el pecho y una
sensación de pérdida de control.
La terapia es a la medida,
cada persona tiene que tener un trato amable, cálido y de confianza. Que pueda
expresar todo lo que no ha dicho y que se le comprenda sin juzgar.
Los problemas y conflictos
emocionales tienen solución. Las personas que sufren de ansiedad pueden aceptar
nuevamente el proceso de su vida, saber
que lo que les está sucediendo desaparecerá si buscan ayuda profesional.
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