martes, 21 de agosto de 2018

¿Qué necesitas para abrir una puerta?


Simple-Mente
Beatriz E. Alvarez Barrón



Imagina que estas en un lugar donde ves frente a ti varias puertas, todas son iguales, en su interior, si decides entrar, no hallaras lo mismo. ¿Cómo resolver por cual entrar de todas esas puertas?
En el camino de tu vida vas tomando decisiones, unas acertadas y otras no tanto. Los errores se corrigen. Cierras una puerta y abres otra. Si las puertas tuvieran un letrero advirtiéndote de lo que hay dentro: peligros, enfermedades, mortificación, de todas formas entrarías, simplemente por curiosidad, o porque no sabes leer y no preguntaste.
Puede que la primera puerta que abras te lleve al placer, a la alegría y a una vida sin esfuerzos; y luego quizás te fastidies y quieras probar algo diferente. ¿Qué será? Hay puertas hacia el pasado y hacia el futuro. El umbral en el que estas ahora; está frente a la puerta del presente.
“Cuando atraviesas la puerta que te lleva a tu interior –que es tu verdadera casa– en el umbral sentirás temor a la oscuridad, cuando estas adentro; veras la luz que te guiará por el camino correcto”. Beatrice
Introducirse en el mundo interior, conocerse a sí mismo, darte cuenta de cuáles son tus verdaderos pensamientos, sentimientos, deseos; puede producir nerviosismo y ansiedad. Pero cuando logras entrar, viene la auto aceptación sin juicios, sin reclamos; aparece el amor incondicional.
¿Cómo entrar a tu interior sin miedo? Puedes hacerlo en soledad o acompañada, guiada por un maestro, un terapeuta, o por alguna persona en la que  puedas confiar. Será un viaje al interior en donde puedes encontrar un tesoro maravilloso dentro de un cofre del que solo tú tienes llave.
Existe también, en alguna parte del cuerpo, una caja de basura. Esa basura contiene: dolor, palabras que te hirieron, rechazo, tristeza, odio y rencor; pero puede ser liberada, reciclada. Tú escoges la mejor manera de transformarla.
Puedes tirársela a otra persona, o mentalmente mandarla al mar para que la sal la purifique, puedes quemarla imaginariamente; o puedes transformarla en composta (abono) para que te ayude a dar buenos frutos.
Esta transformación requiere de la degradación a través del perdón. Si no hay perdón, la basura se descompone, apesta y produce enfermedades. La mente se enferma y el cuerpo lo muestra. Hay que curar la mente para que el cuerpo sane.
Abrir la puerta hacia el interior es una aventura, es la liberación de culpas y de resentimientos. El ego es dominado. El desprecio de sí misma (de la persona) y de los demás; cambia por amor. La vida se mira transparente, los colores se perciben nítidos, los aromas son deliciosos y los problemas se ven como oportunidades para seguir creciendo.
La respuesta a la pregunta ¿Qué necesitas para abrir una puerta? Es: que esté cerrada. (Del libro “La Puerta de los  tres cerrojos”, de Sonia Fernández-Vidal).
terapiabreveconbeatriz@gmail.com






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