martes, 19 de septiembre de 2017

¿Qué es la empatía emocional y cognitiva?

Simple-Mente Beatriz E. Alvarez
Para resolver pacíficamente los conflictos se requiere contar con ciertas competencias emocionales, entre ellas la empatía. La empatía es ponerse en la piel del otro, lo cual te permitirá desarrollar comportamientos de apoyo y solidaridad. La empatía, del griego «emocionado» es la capacidad cognitiva de percibir lo que otro ser puede sentir. Se hace referencia a una habilidad tanto cognitiva como emocional del individuo, en la cual es capaz de ponerse en la situación emocional de otro. Escuchar atentamente es indispensable para llevarla a cabo, así como otras competencias emocionales: conocimiento de sí mismo, autoestima, manejo de sentimientos y emociones, respeto y tolerancia, confianza, aprecio por la diversidad, comunicación asertiva y colaboración. Tú puedes desarrollar estas competencias y beneficiarte de los resultados. Jean Decety neurocientífico nacido en Francia, especialista en investigación de los mecanismos neurobiológicos de la empatía, nos dice que la ciencia revela diferentes circuitos de empatía cognitiva y emocional que tenemos en el cerebro los humanos. La empatía emocional se da como un reflejo y en la empatía cognitiva tiene que existir una conexión con el otro. Esta última es esencial para vivir pacíficamente y mejorar el mundo. La empatía permite rápida y automáticamente experienciar los estados emocionales de los demás y es una motivación fundamental en el desarrollo del altruismo y la inhibición de la agresión. Cuando sentimos esta empatía emocional respondemos al sufrimiento del otro, a sus aflicciones, queremos ayudarle a resolver sus problemas. En la empatía cognitiva se da el pensamiento en perspectiva, o sea que tenemos que ponernos en el lugar del otro. Si nos cae bien el otro, le ayudamos, lo comprendemos, pero si no nos gusta, entonces la respuesta son los prejuicios, el racismo, el odio. Existen las empatías selectivas. Usamos filtros selectivos en la empatía cognitiva, no nos importan las aflicciones de los otros si no nos identificamos con ellos. Una maquina puede ganarte en un juego de ajedrez, pero no podrá ser empática, su sistema informático no se lo permite, no puede ver si tu cara se pone roja cuando te enojas al realizar una mala jugada o te angustias. Nuestro cerebro es flexible, tenemos plasticidad cerebral y puede cambiar. Si las plantas se pueden comunicar entre ellas con el olfato, según recientes investigaciones del Instituto Politécnico Nacional, nosotros podemos comunicarnos con amor a través de una mirada y una sonrisa. Se puede ser empático intercultural y mejorar la autoconciencia. Te invito a desarrollar tu capacidad de comprender el punto de vista o estado mental de otras personas, sin prejuicios. Haz que tu cerebro evolucione, pasa del “no me cae bien” o “no me gusta” a la compasión por el sufrir de los demás. Hay que amar a la gente, somos diferentes y esta variabilidad nos enriquece. terapiabreveconbeatriz@gmail.com

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