martes, 4 de julio de 2017

La familia, árbol de la vida

Simple-Mente Beatriz E. Álvarez
En las últimas décadas, las familias han cambiado en su estructura, las familias que vemos hoy en día son diversas. Aún con estos cambios, la familia es y será un árbol al que pertenecemos y nos nutrimos de sus raíces. Un árbol familiar se conforma de los ancestros y los descendientes, de parentesco de sangre o legal. El tronco, las ramas, las hojas y los frutos se nutren de las raíces que lo sostienen, de ahí viene nuestra identidad familiar, nuestra dignidad, el legado de nuestros antepasados. Hoy existen diferentes tipos de familias: la nuclear que la conforma el padre, la madre y sus hijos; la mono parental, cuando solo uno de los padres se hace cargo de la crianza de los hijos; adoptiva, sin hijos, de padres separados, compuesta (varias familias nucleares). Otros ejemplos son: La familia homoparental (dos padres o madres que adoptan hijos); extensa (la crianza está a cargo de abuelos, tíos, primos); unipersonal (viudos, divorciados); la que forman los “Roomies” o compañeros que viven en la misma casa compartiendo los gastos, los amigos que se vuelven nuestra familia y las mascotas que para algunos forman parte de su familia. “Son mi familia” dicen los grupos de personas que juntos enfrentan las adversidades como vivir en la calle, jornaleros agrícolas migrantes, pandillas, bandas delictivas y narcotraficantes. Una familia es un grupo de personas que convive y tiene intenciones en común. La familia es parte de la sociedad y se transforma con el tiempo. Estas diferentes formas de integración no determinan si una familia es funcional o no. En el seno de la familia nos desarrollamos, interiorizamos valores y creencias, socializamos; aprendemos tradiciones y rituales. En las familias existen síntomas de tensión por la dinámica interna (roles) que hay entre sus miembros. Virginia Satir, psicoterapeuta estadounidense con enfoque familiar, en su libro: Nuevas relaciones humanas en el núcleo familiar, analiza temas como la adolescencia, el retiro, transiciones en el mundo, la paz y la espiritualidad. Nos habla de la importancia de la vida familiar en el desarrollo de adultos fuertes y congruentes, de la importancia de la autoestima como fuente de energía personal. ¿Cómo te comunicas con tu familia? ¿Les hablas y los escuchas? Te invito a honrar a tus antepasados, no te quejes del árbol del que naciste, riégalo con amor, agradecimiento y te sentirás satisfecho con tu vida; aún cuando hayas experimentado sufrimiento o abandono. terapiabreveconbeatriz@gmail.com

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