martes, 25 de octubre de 2016

Cuando el tiempo de vida se agota

Simple- mente
Hay que honrar la vida y la muerte sin importar el mes del año, tomar consciencia de la existencia humana con objetividad, con aprecio y con agradecimiento. Demostrar nuestro afecto, nuestros sentimientos a un ser querido, es muy significativo en el momento de partir. Te liberas tú y liberas al moribundo. Le permites partir con el alma llena de compasión y amor. Tú, te quedas en paz. Si hoy tienes a un amigo o familiar al que se le está agotando el tiempo de vida, te será de gran ayuda seguir leyendo. En el libro tibetano de La Vida y de La Muerte, Sogyal Rimpoché dice: “…Dar esperanza y encontrar perdón antes de morir, ayuda espiritualmente a la persona. Reconocerle siempre todo lo que ha logrado y ha hecho bien, no lastimarlo con reproches y culpas. Las personas moribundas son tan vulnerables al remordimiento y a la depresión. Recuérdale todas sus cualidades, dales esperanza haciéndole saber que el dolor y el sufrimiento no son todo en su ser, que hay una parte que esta liberada, dándole esperanza. De ser posible, ayúdale a que antes de morir se encuentre en un estado mental más sereno. Existen personas que se preguntan si Dios les perdonará alguna vez sus pecados, la respuesta para ellos es: purificarse desde lo más hondo del corazón. Dios los perdonará igual que el padre perdona al hijo pródigo, en la bella parábola de Jesucristo. En la proximidad de morir no se pierde el miedo al dolor y a morir, se pierde el miedo a la muerte”. Por experiencia propia (resistí un accidente automovilístico) en el hospital tuve una “experiencia de muerte”, pero decidí “regresar” a cumplir con mi misión, y relatos de personas próximas a la muerte; se sabe que existe un patrón común (no todas las personas experimentan lo mismo) que describe la proximidad a la muerte: “…Se experimenta un estado alterado de sensación, de paz y bienestar, sin dolor, sensaciones corporales, ni miedo. Es posible que perciban un zumbido y se vean a sí mismas separadas del cuerpo (experiencia extra corporal), se agudiza el sentido de la vista y el oído, tienen la consciencia clara y alerta. Son conscientes de otra realidad, de flotar y avanzar rápidamente por un túnel. Ven la luz, al principio un punto en la lejanía y se sienten atraídos magnéticamente hacia ella, envueltos en luz y amor. Algunos dicen haberse encontrado con un “ser de luz” compasivo y amoroso (Dios, parientes o amigos muertos). Tienen un sentimiento de unidad (muy pocos hablan de visiones terroríficas) y deciden regresar a su cuerpo y a esta vida, con un sentido de misión y servicio, proteger y cuidar a su familia o completar el propósito de su vida. En lo que se ha escrito al respecto de esta experiencia de aproximación a la muerte, lo más importante es la completa transformación que provoca en la vida, la actitud, las relaciones. Cada una de estas fases que relatan las personas que han vivido esta proximidad a la muerte, se pueden interpretar de diferentes maneras según la cultura…”. El mensaje del libro es que: “Podemos empezar, aquí y ahora, a encontrar sentido a la vida. Podemos hacer de cada instante una oportunidad para cambiar y prepararnos de todo corazón, con precisión y serenidad, para la muerte y la eternidad”. Referencia: El libro Tibetano de La Vida y de La Muerte, Sogyal Rimpoche. Ed. Urano. Si has creído que la muerte es el fin, entonces sabes que desde que nacemos, morimos cada día, que la muerte es parte del ciclo de vida. En honor a todos mis muertos, a los que les mostré en vida mi cariño y mis sentimientos, y a los que han regresado como yo; de la “experiencia de muerte”. terapiabreveconbeatriz@gmail.com

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