Mentis
Simplus
Beatriz
E. Alvarez Barrón
06/08/19
Ella me preguntó ¿Quiero
aprender que es el Ego? yo le respondí: “En
latín ego significa “Yo”. En Psicología y Filosofía es la instancia psíquica a través
de la cual la persona se reconoce como yo, “ego” se ha adoptado para designar
la conciencia del individuo, su capacidad de percibir la realidad. En sus obras
completas Sigmund Freud habla del aparato psíquico donde el ego media entre el Id y el Superego”.
En términos coloquiales
algunas personas dicen que el ego es un exceso de autoestima en la persona, una
autovaloración exagerada, comentan “tiene
mucho ego” como sinónimo de arrogancia, presunción o soberbia o que es egoísta.
En el libro “A Course in Miracles” de Helen Shucman
y William Thetford, psicólogos e investigadores en la Universidad de Columbia,
el ego es una palabra que se repite cientos de veces. Te comparto algunas notas
y reflexiones de mi lectura de este plan de estudio de auto aprendizaje de
psicología religiosa que se complementa con mi aprendizaje en la facultad de
psicología en la Universidad (UNAM), con la lectura de las Obras Completas de Sigmund Freud y mi experiencia como terapeuta por
más de 25 años.
El Ego depende de tu mente, tú lo inventaste. La
creencia se convierte en ego. El ego tiene muchas estrategias para que sientas
miedo y proyectes en otros tu responsabilidad. Los objetivos del ego dependen
enteramente de ti, de lo que tu mente elija. El ego te puede hacer que te
enajenes con una adicción no solo a drogas, sino al trabajo, al deporte, a la
lectura.
El ego te puede engañar. La
mente es una tomadora de decisiones y para saber si estas decidiendo con el ego
es necesario que te des cuenta si estas sintiendo miedo, ira, nerviosismo, duda.
Si es así tu ego esta dominándote.
Cuando estas conectado con
tu centro, alineado con tu fuente de amor y sabiduría, con el Espíritu, con el Campo,
con el Universo, con Dios… como tú le quieras llamar; entonces tomas decisiones
que te van a producir tranquilidad, paz y tu estado anímico es alegre y
confiado como el de un niño que se siente protegido.
Recuerda que tú crees en lo que proyecta tu
mente. La mente es como un proyector de cine. Cuando entras al cine y ves una
película que no te agrada y te sientes a disgusto entonces puedes salirte de la
sala y entrar a otra donde se proyecte una película, una historia que te gusta
y te hace sentir bien. Las dos son proyecciones pero tú decides si sentir tranquilidad
o sentir angustia.
Hay que cambiar la película de
tu vida adentro del proyector (en tu mente) no en la pantalla (donde ves tus
proyecciones) no allá afuera donde estas imaginando tus miedos, tus creencias
limitantes, tus juicios, tus resentimientos sobre las cosas y las personas que
te rodean y luego dices que son ellos los que te hacen daño, Eres tú.
Puedes confirmarlo cambiando
tus proyecciones de miedo (la película) por proyecciones amorosas: sin juicios,
sin resentimientos, sin culpa. Todo lo que ves afuera esta en resonancia con el
amor.
El sexo y el dinero, son dos
de las áreas que se encuentran entre las más cargadas de culpa en el vasto repertorio
que tiene el ego de los objetos potenciales para sus proyecciones.
Detrás de todas nuestras
relaciones (proyecciones) está la culpa. Hay que desbloquear, curar, sanar tu
mente, porque la mente es la que se enferma. Para ello tendríamos que preguntar
con que tema resuenas: con el dolor, con la tristeza, con la depresión…hay una
larga lista. En una sola sesión se desbloquea y sana la culpa, la mente. Aquí
estoy…
Consultoría
terapéutica en línea
terapiabreveconbeatriz@gmail.com
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