Simple-Mente
Beatriz Alvarez Barrón
Hace doce años me formé en
el Instituto Municipal de las Mujeres de Guadalajara y aprendí que existen
formas de solucionar los conflictos con creatividad y satisfacción. Para prevenir los conflictos hay necesidad de actuar antes
de que exploten (crisis) en lugar de evitarlo, no analizarlo, no dejar que
aflore todo lo que hay dentro y no ir a sus causas profundas para resolverlo.
La cultura de paz es
aprender a relacionarnos de otra manera, solucionar los conflictos con empatía
y sin violencia, construyendo relaciones enriquecedoras, con valores, actitudes
y comportamientos de respeto, tolerancia y equidad. Uno de los problemas que
surge cuando la persona enfrenta un
conflicto es que responde de forma inmediata
(acción-reacción) y le faltan referentes de cómo enfrentarlo de una
manera diferente a la violenta.
Requiere un cambio de
perspectiva de lo que se conoce como conflicto, viéndolo como una oportunidad
de crecimiento. Ya que vivimos en un mundo diverso y cada día se nos presenta
la oportunidad de resolver los problemas de tal forma que todos ganen para
transformar nuestra sociedad desde la solidaridad y la cooperación.
Para responder a la
diferencia de necesidades (ideológicas, biológicas, económicas), valores e
intereses sin desgaste de energía, que muchas personas otorgan a la solución de
los problemas, hay que contar con ciertas habilidades. En lugar de competir o
evadir los problemas se puede cooperar.
Una familia que esta
enfrentando un conflicto que puede ser una enfermedad de alguno de sus miembros
o un divorcio, puede tomar diferentes caminos para la solución: sufrir, culpar
y odiar o puede optar por el dialogo para la comprensión y respeto de lo que el
otro piensa.
Se libera el enojo al
sentirse escuchados y se comprende que a veces hay que separarse para seguir
creciendo juntos. Los hijos no tienen porque sentirse solos y desamparados cuando
los padres se divorcian.
En toda familia existe un
“Arco de Seguridad” sostenido por el amor y la paz que les permite vivir unidos
y este amor se extiende a los
familiares, amigos y a todas las personas que interactúan con ellos.
Este arco de seguridad en
ocasiones es falso y la pareja empieza a atacarse con palabras o acciones,
pueden tratar de fingir que se llevan bien pero en realidad el arco de la
seguridad es falso y solo esta sostenido por los hijos. Ellos saben exactamente
lo que está pasando aunque se les trate de ocultar la verdad.
Lo mejor es comunicar la
situación y aquí es cuando la conversación colaborativa (método terapéutico) es
de gran ayuda. Hablar con los demás como
te gustaría que te hablaran a ti, escuchando todas las voces; son prácticas
esenciales para la empatía, comprensión y respeto.
Desafortunadamente las
familias llegan a la consulta cuando ya están viviendo una crisis. Aun así se
les provee de herramientas y estrategias que les permiten enfrentar mejor el
conflicto. ¿En tu familia existió el Arco de la Seguridad?
En otro contexto –por ejemplo un conflicto vecinal– el reconocimiento, la responsabilidad y la
reparación de los daños son tres medidas positivas y transformadoras dentro de
la negociación para llegar a un acuerdo. Hay que ser sensibles con las personas
y equitativos durante el proceso de solución.
Las emociones y las
diferentes percepciones que están presentes en un conflicto pueden hacer que se
dificulte la solución, sin embargo se puede llegar a un consenso. Cuando se han
agotado las posibilidades de las partes involucradas en un conflicto, es
necesario pedir la intervención de una tercera persona para construir un
proceso justo, satisfacer las necesidades de las partes y de ser posible
restablecer la relación.
La cooperación, conversar y
escuchar son partes fundamentales de una nueva cultura de paz y es una
oportunidad educativa para hacer valer nuestros derechos, solucionar problemas
sin violencia y construir otro tipo de relaciones para vivir con amor y paz.
Consultoría en línea
terapiabreveconbeatriz@gmail.com
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