martes, 2 de abril de 2019

¿Hay algo por lo que tengas que ser perdonado?


Simple-Mente
Beatriz E. Alvarez Barrón


Si hiciéramos una breve revisión literaria sobre el perdón, ya sea filosófica, política o psicológica, podríamos darnos cuenta de que existe un acuerdo sobre el sentimiento que está implicado de manera indiscutible en el perdón. Este es el resentimiento.
El resentimiento genera hostilidad, se ve reflejado en diversos sentimientos y actitudes hacia algo o alguien (puedes ser hacia ti mismo), la ira no resuelta hacia un acontecimiento y la incapacidad para perdonar.
Para evitar el resentimiento que bloquea la estructura emocional de una persona es necesario perdonar y perdonarse. Perdonar puede significar superar los sentimientos de desprecio que representan  la raíz del resentimiento.
Si una persona no ha perdonado un agravio, se reprocha constantemente por algo que hizo o por una negligencia, podría acumular una variedad de sentimientos conscientes e inconscientescomo ira, odio, desprecio, indiferencia, desilusión y tristeza.
El tipo de perdón que comúnmente se practica es el que se otorga pensando que el malvado es el otro y que  eres tú el herido. Así reafirmas tu bondad sin darte cuenta que lo que no te gusta del otro, es tuyo, pero prefieres verlo en él y no en ti. A esto se le llama proyección psicológica.
Parece un lugar común que las personas afirman perdonar y perdonarse, sin embargo, en los procesos de psicoterapia se descubre que están enojadas y que experimentan odio autodirigido provocándoles enfermedades y actitudes emocionales negativas.
Perdonar todo y no juzgar es una forma de restaurar y mantener la autoestima personal. El hecho de no perdonarse a sí mismo puede ser  perjudicial para el bienestar psicológico. El perdón es conveniente cuando la culpa y la vergüenza alcanzan niveles significativamente altos.
Cuando te dañan, tu visión del mundo cambia y este daño puede ser permanente. En tu mente sigue el miedo, la ira, la vergüenza o la culpa. Hay que cambiar de perspectiva para salir de la prisión emocional.
El cuerpo se puede sanar como efecto del verdadero perdón. El perdón  a ti mismo ayuda a la reconciliación, a corregir errores pasados y a curar las heridas profundas y antiguas. Se reparan los daños y te das un regalo de comprensión.
Abandonar todos los resentimientos a través del perdón te orientará a  tener relaciones amistosas y no habrá bloqueos que te impidan disfrutar de  la salud plena que mereces. Reconocer en ti tus errores de percepción es fundamental para ver la verdad, no como la quieres ver sino como es.
En la consulta terapéutica descubrimos si hay algún bloqueo en la estructura mental, emocional y espiritual que esté impidiendo el logro de objetivos, buenas relaciones con otras personas y sobretodo, dejar la culpa para darle libertad a la existencia a través del perdón.
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