Simple-Mente
Beatriz E. Alvarez Barrón
Si tu respuesta es sí,
habría que cambiar tu sistema de creencias (arquetipos). Estas creencias pueden
estar bloqueando tu vida, tu alegría y tus logros. Los sistemas de creencias
pueden limitar, pueden impedir que se logre lo que se desea y que se viva como
se quiere.
Los sistemas de creencias o
arquetipos son los modelos de creencias que se han heredado a través de la
historia de la humanidad, pensamientos y actitudes de cada persona, de cada
sociedad; son la raíz de todas las creencias. Cada persona desarrolla una serie
de arquetipos en función de las vivencias que heredó de sus ascendientes.
Carl Jung tomó como base en
su teoría del inconsciente colectivo a los arquetipos. Pensaba que éstos no se
desarrollan de forma individual sino que se generan a través de la influencia
del contexto sociocultural de cada persona. Que los sistemas de pensamiento y
como se experimentan los eventos da cada sociedad, se transmiten de generación
en generación.
Detrás de los miedos y
juicios hacia ti mismo o hacia otra persona, están los arquetipos, tus
creencias. Si crees en el dinero o la fidelidad, le das un valor y éste rige tu
vida. Esto se presenta en la vida cotidiana.
Como ejemplo, en las
relaciones de pareja es frecuente que se espere que el otro responda a tu sistema
de creencias (lo que te han dicho que debe de ser) y cuando no se cumple,
entonces la persona se siente
traicionada, frustrada, enojada (con miedo) y hace juicios (bueno o malo,
correcto, incorrecto) del otro, y la conclusión es “no me ama”.
Algunos arquetipos o modelos
de creencias en las diferentes culturas son: la violencia, la seguridad, el
control, el bien, el dinero. Dentro del arquetipo de la violencia encontramos
la creencia de la “Ley del más fuerte” incluye la idea que se tiene de las
organizaciones sociales, los ejércitos, las armas y la información (falsa y
verdadera).
Dentro del arquetipo de la
seguridad están las creencias de la fuerza social que inició con la cacería,
luego la producción (manual, industrial,
automática y robótica). También tenemos las creencias del control del poder
político: otra vez aparece “La ley del más fuerte” como fue en las cavernas, el
amor por los lazos de sangre (no abandonas a nadie que lleva tu misma sangre),
la ciencia política (administración pública que inicia en Francia), viene la
democracia, el derecho a votar e incluye actualmente a las redes sociales que
son manipuladas por trasnacionales.
La creencia en el bien, en
un poder espiritual. En la época de las
cavernas con el fuego (Dios superior), luego aparece el matriarcado como fuerza
social con los principios de la cooperación, el amor y el juego; sigue el patriarcado con los principios del miedo y la
guerra; globalización y seguridad, hasta llegar al dinero cuyas competencias actuales
son la belleza y la electrónica (dioses actuales).
El arquetipo del dinero como
poder económico y como medio de intercambio incluye la creencia de que el más
poderoso se queda con todo. Aparecen las monedas de metal, el papel moneda y
los productos de la tierra. Todos estos arquetipos son sistemas de creencias
que hemos heredado.
Responde, si tú, antes de
actuar, piensas en los demás de una manera amorosa o con miedo. Si actúas de
determinada manera porque temes que tu
pareja, tus amistades o tu jefe se enoje, entonces estas fallando al principio
ético de actuar pensando en el otro amorosamente, sin miedo, sin esperar nada a
cambio.
En tu mente inconsciente
está guardada toda la información respecto al amor y la protección que
recibiste o que no recibiste de tu padre, al amor incondicional de tu madre y
el nutrimento (ser amamantado) que recibiste. El nutrimento de una madre y la
protección de un padre son esenciales en los primeros años de vida de un niño
para la sana estructura mental, emocional y espiritual del adulto.
El desarrollo psicológico
del niño tendrá como raíz primigenia el amor y la protección recibida, así el
adulto confiará en sí mismo y en los demás, de lo contrario vivirá pidiendo ese
amor que le fue negado en su infancia.
Estas dos condiciones forman
tu Ser y tu valía (saber quién eres) y entonces puedes ejercer tu libre albedrío,
saber y decidir qué quieres respetándote y respetando al otro. No atacar ni
creer que puedes ser atacado(a) con acciones o palabras.
No hacer juicios y aplicar
el método del perdón: saber cómo perdonar, perdonarte y ser perdonado; evitará
que otro controle tu vida a través de los sistemas de creencias que has
heredado.
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