Simple-Mente
Beatriz E. Alvarez Barrón
El Equinoccio otoñal (22 de
septiembre al 21 de diciembre) ocurre cuando el paralelo de declinación del Sol
y el ecuador celeste coinciden. El día tiene una duración aproximadamente igual
a la de la noche.
El otoño en la teología
cristiana significa “Tiempo de Dios”, para los griegos Kairós (momento adecuado
y oportuno) representaba un tiempo indeterminado en el que algo importante
sucedía.
El Budismo enseña como tema
central la ecuanimidad en medio del cambio y cómo responder sabiamente a la
impermanencia (carencia, falta de). El otoño como metáfora de la vida es el tiempo de desapego y depuración. Adaptándose y
aprovechando las circunstancias.
¿Cómo vives tú el cambio?
Hay personas que se adaptan rápidamente y otras que se resisten. Hablando de
los efectos psicológicos que tienen las estaciones del año, hay personas que experimentan
cambios en su nivel de energía y en su estado de ánimo.
El “Trastorno afectivo
estacional” es un trastorno de la conducta que se caracteriza por cambios en el
estado de ánimo de las personas, como consecuencia de la cantidad de luz solar
(energía) que reciben. Inicia en el otoño y continúa en el invierno. Pueden
sentirse deprimidos, con aumento del sueño, sentimientos de desesperanza, menos
energía y capacidad para concentrarse, hay tendencia al aislamiento, tristeza e
irritabilidad.
Algunos factores que pueden
causar estos cambios, son la caída en los niveles de sustancias químicas
cerebrales: la serotonina (neurotransmisor) responsable de mantener el
equilibrio en el estado de ánimo; y la melatonina, hormona que regula los patrones
de sueño y que se libera cuando no hay luz.
Otra causa es la disfunción
del ritmo circadiano (reloj biológico) que puede alterarse debido a la
disminución de luz solar en el otoño e invierno y alterar el reloj interno del
cuerpo, provocando sentimientos depresivos.
El otoño puede representar
un tiempo de crisis o de oportunidad, esto dependerá de lo que pienses ¿Con qué
situaciones o recuerdos lo relacionas?
Si viviste un impacto
emocional que te lastimó y no has podido procesarlo y superarlo, es posible que
al llegar el otoño y acercarse el invierno se “disparen” estos recuerdos
asociados con ciertos síntomas: cambios de apetito, insomnio, perdida de
interés en las actividades, sentimientos de culpa, desesperanza o pensamientos
suicidas.
Si tus síntomas se repiten cada
año en esta época, si notas que tus patrones de apetito y sueño cambiaron, si
recurres al alcohol para sentirte cómodo o relajado, o con pensamientos repetitivos
acerca de la muerte; es momento de solicitar ayuda. El tratamiento puede ser
con psicoterapia.
No es necesario que tu solo
sufras la tristeza, es posible que mantengas tu motivación todo el año, sin
importar la estación. Tienes la oportunidad de decidir cómo quieres pasar el
invierno. Es un buen tiempo para reflexionar tu existencia.
@beatricealvare9
Facebook: Beatriz Alvarez Barrón
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