Simple-Mente
Beatriz E. Alvarez Barrón
El berrinche o pataleta se
define como una reacción desbordada de ira y descontrol frente a una situación
frustrante. Se produce cuando alguien no obtiene lo que quiere. ¿Conoces a
alguien que haga berrinches?
Estas rabietas se pueden
presentar en niños y adultos. Las emociones son energía y se expresa de muchas maneras:
con gestos, gritos, llanto, pataletas, golpes o mordiscos; es la frustración,
decepción o envidia por no obtener lo que se quiere de forma inmediata.
Es muy común que en el
supermercado los niños quieran que sus padres les compren un dulce, un juguete
o algo de todo lo que ven ahí. Están expuestos a la influencia de la publicidad,
y hay que educarlos desde temprana edad para poder resistir a la tentación -que
no es una necesidad- para evitar que
tanto el niño, los padres y todas las personas que están presenciando la
desafortunada situación pasen por esos momentos tan desagradables.
Estas conductas también las
vemos en adultos: si no se consigue el negocio en el que se ha trabajado, si la
pareja no hace lo que se espera de ella, si el internet se interrumpe, si el
equipo deportivo no logra el triunfo y muchas otras situaciones en las que los
adultos no controlan sus emociones y éstas se desbordan.
La ilusión del “éxito” para los adultos, no les permite
manejar la impotencia cuando no satisfacen sus expectativas. Muy diferente es
que en lugar de ofuscarse, dirijan su energía a encontrar otras posibilidades de
solución y así poder aceptar o corregir la situación. Hay que ser tolerantes
ante lo que no se puede obtener inmediatamente y gestionar los impulsos para
tener control sobre los actos.
En los adultos las
expresiones de frustración o impotencia se dan con gritos, falta de respeto por
los demás, aventar objetos y la agresividad. Es una clara inmadurez emocional. De
gran ayuda es reconocer que se tiene problema con el manejo de las emociones y
pedir orientación a un profesional.
Hay que aprender desde
pequeños a adaptarse. Los niños antes de los cuatro años están aprendiendo a
controlar sus emociones y a entender los límites para satisfacer de manera
inmediata algo que desean. Lo que hagan y digan los padres es fundamental para
la formación de los hijos y su conducta en la edad adulta.
Los niños necesitan la ayuda
de sus padres (palabras, gestos, ejemplo) para reconocer y canalizar sus
emociones de manera más adecuada. Desde pequeños hay que hablarles con afecto,
explicarles el porqué se puede o no obtener lo que quieren en ese momento y de
esta forma van aprendiendo a reconocer sus sentimientos y emociones y a
expresarlas de una manera adecuada al momento y lugar.
¿Qué puede ocasionar que se
presenten de forma constante estos berrinches? El estrés, alguna condición de
personalidad (como el espectro autista), el resultado de castigos y premios mal
suministrados, estrés postraumático, inmadurez emocional, o algún trastorno de
personalidad.
Existen muchos recursos para
poder manejar los berrinches de los niños de manera que no se presenten nunca más.
En el caso de los adultos primero tendrán que reconocer en que situaciones o
con que personas sus emociones se desbordan, para luego pedir la ayuda de un
profesional y poder aprender a expresarlas de manera más competente.
El manejo de las emociones
en muy importante para las buenas relaciones sociales y para mantener la salud.
Twitter: @beatricealvare9
Facebook: Beatriz Alvarez
Barrón
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