martes, 19 de diciembre de 2017

Serie “Biografías Psicológicas”Hans Christian Andersen

Simple-Mente Beatriz E. Alvarez "La Reina de las Nieves"
En el palacio de la Reina de las Nieves todo estaba hecho de nieve. Era muy frío y muy grande pero todo estaba vacío, allí no había alegría, ni bailes, ni juegos… “Había una vez dos niños que eran muy amigos y se querían como hermanos, aunque no lo fueran. La niña se llamaba Gerda y el niño Kay. Ambos eran vecinos y se sentaban a contemplar las flores y rosales que sus padres habían dejado crecer en el único canalón que separaba los tejados de ambas casas. Un día en invierno en el que nevaba con intensidad la abuelita de Kay les habló de la Reina de las Nieves: –Junto con los copos de nieve forman un gran enjambre, aunque ella por supuesto es la abeja blanca más grande. A veces revolotea por la ciudad, mira a través de las ventanas y éstas se llenan de hielo formando extrañas figuras. – ¡Yo quiero que venga!, dijo Kay…” Hans Christian Anderesen, escritor y poeta danés escribió este cuento donde habla de la perseverancia, el amor y la bondad. Publicado en 1844 como parte del libro Nuevos Cuentos de Hadas. Es famoso por sus cuentos: El patito feo, El soldadito de plomo, La sirenita, entre otros 168 cuentos. Nació el 2 de abril de 1805 en Odense, una de las ciudades más antiguas de Dinamarca y capital de la isla de Fionia conocida como “El jardín de Dinamarca”. Hijo de Hans Andersen un zapatero enfermizo y Anne Matrie Andersdatter una lavandera alcohólica. El niño Hans fue un niño de familia tan pobre que en ocasiones mendigó y durmió bajo un puente. Desde pequeño mostró una gran imaginación. Después de la muerte de su padre cuando tenía 11 años, dejó la escuela y se dedico a leer todas las obras que encontraba entre ellas las de William Shakespeare. A los 14 años decidió que quería ser cantante de ópera y viajo a Copenhague, fue rechazado y tratado de “lunático”. El joven Andersen fue tímido, pensaba de si mismo que era feo, se enamoraba de mujeres inaccesibles para él. Jenny Lind; Riborg Voigt (cuando Andersen murió se le encontró una carta de ella en el pecho); Sophie Orsted y Louise Collin, la hija menor de su benefactor Jonas Collin. También se sintió atraído sin ser correspondido por hombres. Escribió a Edvard Collin «Languidezco por ti como por una joven calabresa... mis sentimientos por ti son como los de una mujer. La feminidad de mi naturaleza y nuestra amistad deben permanecer en secreto». Tuvo pasiones no duraderas y se enamoró del bailarín Harald Scharff al que conoció en Paris. Algunos estudios literarios actuales sugieren que hay un “homoerotismo camuflado” fruto de su homosexualidad reprimida, en sus diarios de juventud él escribe su intención de no mantener relaciones sexuales. Al final de su vida Andersen escribió «No puedo vivir en mi soledad, estoy cansado de la vida», «Me siento viejo y cuesta abajo». En 1872 sufrió una caída desde su cama. Nunca se recuperó y el 4 de agosto de 1875 a los 70 años murió en la casa llamada Rolighed, donde está enterrado. terapiabreveconbeatriz@gmail.com

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