martes, 20 de septiembre de 2016

Vivir en pareja

Simple-Mente Beatriz E. Álvarez
El noviazgo, aparece en los años 1920-1930 en Estados Unidos y Europa y durante la primera mitad del siglo XX, estaba fuertemente vinculado al matrimonio. En México, actualmente las parejas han adoptado diversas formas de vivir una relación (unión libre, matrimonio, compañeros de cuarto, relaciones breves) si están casados, también encontramos diversidad en la forma de convivencia: algunos viven juntos pero cada uno tiene su habitación, la mayoría viven en un clima violento, con críticas y quejas, o con desprecio; en actitud evasiva o defensiva, donde hablar parece inútil. Otros llevan vidas separadas, se sienten solos y llegan al divorcio o permanecen viviendo infelices hasta que la muerte los separe. También existen parejas que viven con armonía y respeto, resolviendo los problemas que conlleva la vida en pareja y dejando a los hijos una imagen de que el matrimonio es el estado ideal para vivir. El inconveniente es que cada día existe menos este tipo de convivencia. Hoy en día las relaciones pueden ser intensas pero poco duraderas. Bhagwan Shri Rashnísh, filósofo y líder espiritual indio, en su libro Amor, libertad, soledad. Una nueva visión de las relaciones, menciona: “…el amor que tú conoces no es más que una necesidad biológica; depende de tu química y de tus hormonas. Puede cambiar fácilmente. Hasta ahora has llamado «amor» al deseo. Hay que tener presente esta diferencia”. ¿Qué viene después de casarse, disfrutar de la fiesta de bodas y la luna de miel? Lo que sigue es la realidad de la vida cotidiana. ¿Qué hay que saber para que la unión de una pareja tenga más posibilidades de éxito? John Gottman, profesor de psicología, en su libro titulado: Siete reglas de oro para vivir en pareja, sugiere algunos principios: Hacer un mapa del amor (la información referente a nuestra pareja: gustos, expectativas, miedos, preocupaciones). Cultivar el cariño y la admiración (interés, comprensión, afecto). Tener conversaciones relajantes (escucha activa). Resolver problemas (como el estrés, las relaciones con la familia política, el dinero, ser nuevos padres). Salir del estancamiento (cumplir las aspiraciones y deseos). Crear un sentido de transcendencia (las historias que se cuentan, las tradiciones, respetar los sueños de cada uno). Fortalecer la relación emocional, apoya la vida sexual satisfactoria, clave para una pasión duradera, porque en la rutina se pierde el interés del uno por el otro. Para mantener una relación firme y estable, hay que sentirse valorado respetado y amado. Ante todo, amarte a ti mismo. terapiabreveconbeatriz@gmail.com

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