sábado, 23 de mayo de 2020

Meditación El perdón es la llave de la felicidad.

Esta es la práctica que tienes que realizar :
Nuestra práctica de hoy consiste en aprender a perdonar. Si estás dispuesto, hoy puedes aprender a aceptar la llave de la felicidad y a usarla en beneficio propio. Dedicaremos diez minutos por la mañana y otros diez por la noche a aprender cómo otorgar perdón y también cómo recibirlo.
La mente que no perdona no cree que dar y recibir sean lo mismo. Hoy trataremos, no obstante, de aprender que son uno y lo mismo practicando el perdón con alguien a quien consideras un enemigo, así como con alguien a quien consideras un amigo. Y a medida que aprendas a verlos a ambos como uno solo, extenderemos la lección hasta ti y veremos que su escape supone el tuyo.
Comienza las sesiones de práctica más largas pensando en alguien que no te cae bien, alguien que parece irritarte y con quien lamentarías haberte encontrado; alguien a quien detestas vehementemente o que simplemente tratas de ignorar. La forma en que tu hostilidad se manifiesta es irrelevante. Probablemente ya sabes de quién se trata. Ese mismo vale.
Cierra ahora los ojos y, visualizándolo en tu mente, contémplalo por un rato. Trata de percibir algún atisbo de luz en alguna parte de él, algún pequeño destello que nunca antes habías notado. Trata de encontrar alguna chispa de luminosidad brillando a través de la desagradable imagen que de él has formado. Continúa contemplando esa imagen hasta que veas luz en alguna parte de ella, y trata entonces de que esa luz se expanda hasta envolver a dicha persona y transforme esa imagen en algo bueno y hermoso.
Contempla esta nueva percepción por un rato, y luego trae a la mente la imagen de alguien a quien consideras un amigo. Trata de transferirle a éste la luz que aprendiste a ver en torno de quien antes fuera tu "enemigo". Percíbelo ahora como algo más que un amigo, pues en esa luz su santidad te muestra a tu salvador, salvado y salvando, sano e íntegro.
Permite entonces que él te ofrezca la luz que ves en él, y deja que tu "enemigo" y tu amigo se unan para bendecirte con lo que tú les diste. Ahora eres uno con ellos, tal como ellos son uno contigo. Ahora te has perdonado a ti mismo. No te olvides a lo largo del día del papel que juega la salvación en brindar felicidad a todas las mentes que no perdonan, incluyendo la tuya. Cada vez que el reloj dé la hora, di para tus adentros:
El perdón es la llave de la felicidad. Despertaré del sueño de que soy mortal, falible y lleno de pecado, y sabré que soy el perfecto Hijo de Dios.L121

El perdón es la llave de la felicidad.


He aquí la respuesta a tu búsqueda de paz. He aquí lo que le dará significado a un mundo que no parece tener sentido. He aquí la senda que conduce a la seguridad en medio de aparentes peligros que parecen acecharte en cada recodo del camino y socavar todas tus esperanzas de poder hallar alguna vez paz y tranquilidad. Con esta idea todas tus preguntas quedan contestadas; con esta idea queda asegurado de una vez por todas el fin de la incertidumbre.
La mente que no perdona vive atemorizada, y no le da margen al amor para ser lo que es ni para que pueda desplegar sus alas en paz y remontarse por encima de la confusión del mundo. La mente que no perdona está triste, sin esperanzas de poder hallar alivio o liberarse del dolor. Sufre y mora en la aflicción, merodeando en las tinieblas sin poder ver nada, convencida, no obstante, de que el peligro la acecha allí.
La mente que no perdona vive atormentada por la duda, confundida con respecto a sí misma y a todo lo que ve; atemorizada y airada, débil y presumida, tan temerosa de seguir adelante como de quedarse donde está, de despertar como de irse a dormir. Tiene miedo también de cada sonido que oye, pero todavía más del silencio; la obscuridad la aterra, mas la proximidad de la luz la aterra todavía más. ¿Qué puede percibir la mente que no perdona sino su propia condenación? ¿Qué puede contemplar sino la prueba de que todos sus pecados son reales?
La mente que no perdona no ve errores, sino pecados. Contempla el mundo con ojos invidentes y da alaridos al ver sus propias proyecciones alzarse para arremeter contra la miserable parodia que es su vida. Desea vivir, sin embargo, anhela estar muerta. Desea el perdón, sin embargo, ha perdido toda esperanza. Desea escapar, sin embargo, no puede ni siquiera concebirlo, pues ve pecado por doquier.
La mente que no perdona vive desesperada, sin la menor esperanza de que el futuro pueda ofrecerle nada que no sea desesperación. Ve sus juicios con respecto al mundo, no obstante, como algo irreversible, sin darse cuenta de que se ha condenado a sí misma a esta desesperación. No cree que pueda cambiar, pues lo que ve da testimonio de que sus juicios son acertados. No pregunta, pues cree saber. No cuestiona, convencida de que tiene razón.
El perdón es algo que se adquiere. No es algo inherente a la mente, la cual no puede pecar. Del mismo modo en que el pecado es una idea que te enseñaste a ti mismo, así el perdón es algo que tienes que aprender, no de ti mismo, sino del Maestro que representa a tu otro Ser. A través de Él aprendes a perdonar al ser que crees haber hecho, y dejas que desaparezca. Así es como le devuelves tu mente en su totalidad a Aquel que es tu Ser y que jamás puede pecar.
Cada mente que no perdona te brinda una oportunidad más de enseñarle a la tuya cómo perdonarse a sí misma. Cada una de ellas está esperando a liberarse del infierno a través de ti, y se dirige a ti implorando el Cielo aquí y ahora. No tiene esperanzas, pero tú te conviertes en su esperanza. Y al convertirte en su esperanza, te vuelves la tuya propia. La mente que no perdona tiene que aprender, mediante tu perdón, que se ha salvado del infierno. Y a medida que enseñes salvación, aprenderás lo que es. Sin embargo, todo cuanto enseñes y todo cuanto aprendas no procederá de ti, sino del Maestro que se te dio para que te mostrase el camino.L121


¿Cómo se deja de juzgar?

 El objetivo de nuestro programa, a diferencia del objetivo del aprendizaje del mundo, es el reconocimiento de que juzgar, en el sentido usual, es imposible. Esto no es una opinión sino un hecho. Para poder juzgar cualquier cosa correctamente, uno tendría que ser consciente de una gama inconcebiblemente vasta de cosas pasadas, presentes y por venir. Uno tendría que reconocer de antemano todos los efectos que sus juicios podrían tener sobre todas las personas y sobre todas las cosas que de alguna manera estén involucradas en ellos. Y tendría que estar seguro de que no hay distorsión alguna en su percepción, para que sus juicios fuesen completamente justos con todos sobre los que han de recaer ahora o sobre los que hayan de recaer en el futuro. ¿Quién puede hacer eso? ¿Quién, excepto en delirios de grandeza, pretendería ser capaz de todo esto?. (M-10.3)

lunes, 9 de marzo de 2020

Proyección

¿En la pantalla de tu vida qué película eliges proyectar? Todo lo que ves que no te gusta; es tuyo. Y todo lo que miras que te hace feliz también es tuyo. No es del otro, no es de las otras personas, aunque tu crees que hay buenos y malos. Tu eres quien desde tu mente proyectas lo que vez allá afuera, en la pantalla de tu vida. ¿Te gusta lo que estas viendo? Si es una película o una serie de miedo y te hace sufrir, puedes cambiarla por una donde veas como los problemas se solucionan y todas las situaciones que te preocupan se disuelvan, puedas sentirte tranquila y ser feliz; tener paz mental. ¿Porqué he insistido en que tu eres el que dirige su mente? porque tienes una mente tomadora de decisiones. Puedes decidir desde el ego (tu yo terrenal) o desde tu yo superior (tu yo espiritual) Tienes libre albedrío. Consulta en línea citas: nasacurartetubeatriz@gmail.com


martes, 25 de febrero de 2020




El príncipe y la sirena


          Había una vez…
En el mundo de la ilusión existió un príncipe llamado Bernard que vivía en la península escandinava, en el Reino de Noruega. Era un príncipe amoroso, trabajador y valiente. Le gustaba navegar  por los Golfos y Mares del mundo sobre  grandes olas y resistiendo a los  peligros.
Lanzaba al mar unas redes muy hermosas que resplandecían, porque él quería atrapar a una sirena, era el Ulises de los mares. Un día inesperado se sintió atraído por el canto de una hermosa sirena, que aunque no podía mirarla  de cerca, al escuchar su canto, éste lo atraía cada vez más hacia ella. No sabía qué clase de sirena era, ni de qué región del mundo, sin embargo ¡él escogió a esa sirena!
La sirena llevaba muchos años dentro del mar, quizás tenía más experiencia que el propio príncipe en esas aguas, sus recorridos por el  mar le habían mostrado toda clase de navegantes: reyes, piratas y príncipes de diferentes partes del mundo. La sirena Eugene quería conocer a un príncipe que fuera franco y afectuoso y que asimismo odiara las mentiras.
El mito en el mundo de las sirenas era que los príncipes azules no existían, que si alguna sirena se encontrara  con un príncipe  que pareciera  azul, tenían que abrir muy bien sus ojos asirenados para ver realmente su color, porque en el fondo del mar y en el fondo de los príncipes existen muchos colores.
Nadie supo si el príncipe Bernard “atrapó” con sus preciosas redes a la sirena y si la sirena Eugene “encantó” al príncipe con su melodioso e hipnotizador canto. La leyenda cuenta que sintieron una gran felicidad mientras se conocían. Con el paso del tiempo los dos se disolvieron en el mar del mundo de la ilusión.
Beatrice
09-02-20



martes, 7 de enero de 2020

¿Qué es la muerte?



Las creencias acerca de la muerte se reflejan de diversas maneras. ¿Cuál es tu creencia? Una que te hace sufrir y tenerle miedo o una que te da paz y confianza.

Te comparto lo que dice el libro “Un Curso de Milagros” acerca de la muerte en el Manual del Maestro 27. pag. 671-672.

 ¿Qué es la muerte?
1. La muerte es el sueño central de donde emanan todas las ilusiones. ¿No es acaso una locura pensar que la vida no es otra cosa que nacer, envejecer, perder vitalidad y finalmente morir? Ya hemos planteado esta pregunta anteriormente, pero ahora debemos examinarla con mayor detenimiento. La creencia fija e inalterable del mundo es que todas las cosas nacen para morir. Se considera que así es como "opera la naturaleza", y ello no se debe poner en tela de juicio, sino que debe aceptarse como la ley "natural" de la vida. Lo cíclico, lo cambiante y lo incierto; lo inestable y lo inconstante; lo que de alguna manera crece y mengua siguiendo una trayectoria determinada, es lo que se considera la Voluntad de Dios. Y nadie se pregunta si un Creador benigno hubiese podido disponer algo así.
2. Si el universo que percibimos fuese tal como Dios lo creó, sería imposible pensar que Dios es amoroso. Pues aquel que ha decretado que todas las cosas mueran y acaben en polvo, desilusión y desesperanza, no puede sino inspirar temor. Tu insignificante vida está en sus manos, suspendida de un hilo que él está listo para cortar sin ningún remordimiento y sin que le importe, tal vez hoy mismo. Y aun si esperase, el final es seguro de todas formas. El que ama a un dios así no conoce el amor, ya que ha negado que la vida sea real. La muerte se ha convertido en el símbolo de la vida. Su mundo es ahora un campo de batalla, en donde reina la contradicción y los opuestos luchan en una guerra interminable. Allí donde hay muerte es imposible la paz.
3. La muerte es el símbolo del temor a Dios. La idea de la muerte oculta Su Amor y lo mantiene al margen de la conciencia cual un escudo puesto en alto para bloquear el Sol. Lo siniestro de este símbolo basta para demostrar que la muerte no puede coexistir con Dios. La muerte presenta una imagen del Hijo de Dios en la que éste acaba "descansando en paz" en los brazos de la devastación, donde los gusanos lo esperan para darle la bienvenida y así prolongar un poco más su propia existencia gracias a su muerte. Mas los gusanos están igualmente condenados a morir. Y de esta forma, todas las cosas viven gracias a la muerte. En la naturaleza, el devorarse unos a otros es la "ley de la vida". Dios está loco y sólo el miedo es real.
4. La extraña creencia de que una parte de las cosas que mueren puede seguir existiendo separada de lo que muere, tampoco proclama a un Dios amoroso ni vuelve a sentar las bases para que se tenga confianza. Si la muerte es real para una sola cosa, la vida no existe. La muerte niega la vida. Pero si la vida es real, lo que se niega es la muerte. En esto no puede haber transigencia alguna. O bien existe un dios de miedo o bien Uno de Amor. El mundo intenta hacer miles de transigencias al respecto, y tratará de hacer mil más. Ni una sola puede ser aceptable para los maestros de Dios, ya que ninguna de ellas sería aceptable para Dios. Él no creó la muerte, puesto que no creó el miedo. Para Él ambas cosas están igualmente desprovistas de sentido.
5. La "realidad" de la muerte está firmemente arraigada en la creencia de que el Hijo de Dios es un cuerpo. Y si Dios hubiese creado cuerpos, la muerte sería ciertamente real. Pero en ese caso Dios no sería amoroso. Ningún otro punto ilustra en forma tan clara el contraste que existe entre la percepción del mundo real y la del mundo de las ilusiones. Si Dios es Amor, la muerte es, de hecho, la muerte de Dios. Y por lo tanto, Su Propia creación no puede sino temerle. Dios no es su Padre, sino su destructor; su vengador, no su Creador. Sus Pensamientos son aterradores y Su imagen temible. Contemplar Sus creaciones es morir.
6. "El último enemigo destruido será la muerte." ¡Por supuesto que sí! Sin la idea de la muerte no habría mundo. Todos los sueños acabarán con éste. Ésta es la meta final de la salvación, el fin de todas las ilusiones. Y todas las ilusiones nacen de la muerte. ¿Qué puede nacer de la muerte y tener vida? Por otra parte, ¿qué puede originarse en Dios y morir? Las inconsistencias, las transigencias y los ritos que el mundo fomenta en sus vanos intentos de aferrarse a la muerte y al mismo tiempo pensar que el amor es real, no son más que necios trucos mágicos que no tienen sentido ni eficacia.
Dios es eterno, al igual que todas las cosas creadas en Él. ¿No ves que de no ser así, Él tendría un opuesto y el miedo sería tan real como el amor?
7. Maestro de Dios, tu única tarea puede definirse de la siguiente manera: no hagas ningún trato en el que la muerte sea parte integrante de él. No creas en la crueldad, ni permitas que el ataque oculte la verdad de ti. Lo que parece morir, tan sólo se ha percibido incorrectamente y se ha llevado al campo de las ilusiones. De ahí que tu tarea sea ahora permitir que las ilusiones sean llevadas ante la verdad. Mantente firme sólo en esto: no te dejes engañar por la "realidad" de ninguna forma cambiante. La verdad no cambia ni fluctúa, ni sucumbe ante la muerte o ante la destrucción. ¿Y cuál es el final de la muerte? Nada más que esto: el reconocimiento de que el Hijo de Dios es inocente ahora y siempre. Nada más que eso. Pero no olvides que tampoco es menos.

jueves, 2 de enero de 2020

¿Que es la proyección?



Para entender… La proyección es el termino psicológico  que se emplea para describir la dinámica de tomar algo que consideramos inaceptable en nuestra mente y liberarnos de ello epxulsandolo hacia afuera, con lo cual creemos mágicamente que ahora ya no esta en nosotros sino en alguna otra persona o cosa. La culpa siempre es inconsciente porque la reprimimos, por ej. si me siento culpable de algo busco liberarme  de la culpa viendo en otro el rasgo que considero inaceptable en mi , entonces ataco y juzgo a esa persona.
Me levanto en la mañana y me dedico a buscar un pecador y juzgarlo. Cuando te sientas tentado de acusar y juzgar a alguien , no te engañes, pregúntate ¿me acusaría a mi mismo de eso?. La proyección da lugar a la percepción. La Sanación de la Mente, Kenneth Wapnick.

Proyección, mecanismo de defensa “Cargo sobre ti mi culpa” S. Freud


Prefacio Libro de Urantia

Libro de Urantia . Parte I Documento 1. 3. Dios es un Espíritu Universal. La mente mortal servil a la materia está destinada a hacerse cada vez más material y consecuentemente a sufrir una extinción final de la personalidad; la mente entregada al espíritu está destinada a hacerse cada vez más espiritual y finalmente a lograr la unidad con el espíritu divino, sobreviviente y conductor, alcanzando así la supervivencia y la eternidad de existencia de la personalidad. Libro de Urantia (pag. 26, párrafo 1:6-10) Nasacurartetubeatriz@gmail.com

El Libro de Urantia

El libro de Urantia es una revelación de la verdad para nuestro mundo de seres superiores en el universo. Sus enseñanzas combinan ciencia, filosofía, historia, cosmología y religión a la perfección en un panorama general que revela nuestro origen, nuestro propósito y nuestro destino divino y eterno, "el proceso de toda la edad de animal a ángel, de ángel a espíritu, de espíritu a Dios. "El libro de Urantia, (558.2) 48: 8.4

Las enseñanzas incluyen información sobre la composición, organización, administración y personalidades del cosmos; la historia de nuestro planeta; nuestra continua evolución espiritual; una nueva visión de la realidad al aclarar los conceptos de personalidad, mente y alma; la experiencia evolutiva de nuestra progresión hacia Dios en sociedad con el espíritu de Dios en nuestras mentes; y, por último, un relato ampliado de la vida y las enseñanzas de Jesús.