Mentis
Simplus
Beatriz
Alvarez Barrón
¿Qué es la gratitud
le preguntó al maestro?
Él le respondió mirándola:
“Dar gracias desde el alma,
Con el corazón,
Por las bondades que
Inundan el universo”
Mentis Simplus
La vida nos ofrece momentos de alegría y cuando
menos lo esperamos cambia el panorama. Cuantas personas están en un momento en
que se sienten muy felices y de pronto irrumpe una enfermedad, un problema o
una decepción y sienten que se hunden, que van a morir, que les faltan fuerzas
para enfrentar el vendaval emocional esa sacudida fuerte y violenta.
Ayer
viví emociones extremas –te preguntarás
¿por qué?– déjame
te cuento…
Amanecí
meditando en mi rincón secreto con una vela prendida y frente a mí las fotografías de los seres que más amo y me acompañan siempre: mis padres y
mis hijos.
Más tarde recibí llamadas
telefónicas y varios mensajes a través de mis redes sociales donde me
felicitaban y me cantaban en diferentes tonos, con alegría porque querían celebrar
conmigo un año más de vida terrenal, o como dirían mis hijos “una vuelta más al
Sol”.
Los ramos de flores llegaron
de lejos y de muy cerca. Con mucha felicidad transcurrió mi día. Los que viven
en la misma ciudad donde yo resido sabrán lo que significa acá la temporada de
lluvias, decimos que el cielo “se cae” y riega con su líquido vital a toda la
naturaleza.
Por la noche de este día que
te cuento, después de convivir con dos seres llenos de luz y amor, me dirigía
hacia mi hogar y cada minuto que pasaba me rodeaban más automóviles…
El tiempo se alargaba y el
indicador del tanque de gasolina de mi auto se iba reduciendo. Pasaron 60
minutos y yo no iba ni a la mitad de mi camino de regreso a casa cuando el
cielo empezó a sollozar. Su llanto era cada vez más fuerte anunciando un
vendaval.
Conectada con mi fuente de
sabiduría pregunté ¿Cuál es tu voluntad? ¿Cómo puede mejorar esto? La respuesta
me llegó de inmediato.
Recurrí a la ayuda de mi
mejor maestro de vida. Le llamé por teléfono y me contestó, luego me recibió
con una sonrisa. Caminamos hacia una cafetería cercana y ahí tomando una bebida
caliente –mientras
pasaba la tormenta– porque
los vientos y las corrientes de la tromba no nos permitían salir, tratábamos de
entender mi Sincronario Maya (Sello12, Kin 212, poder del agua universal, poder
de unificar) que me acababa de regalar.
Para esto ya habían pasado
dos horas, intentamos salir del lugar en dos ocasiones pero el mismo viento abría
las puertas de cristal, se metía junto con el aguacero y teníamos que regresar
a nuestra mesa a esperar. A dar tiempo que volviera la calma afuera y adentro
de mí.
Aprovechando ese esperado
momento de aparente calma, salimos caminando apresuradamente hacia el auto con
los pies sumergidos en el agua. Llegué a casa atravesando ríos entre luces
intermitentes y cuidada por mí maestro.
Aquí estoy en este nuevo
amanecer agradeciendo… regresando a mi centro, a mi alma, sintiendo mi corazón,
sin miedo de expresar lo que soy y conectada con la flor de la vida. Escuchando
y ofreciendo mi voz.
¡Cuéntame tu día!
Consultoría en línea
terapiabreveconbeatriz@gmail.com
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