Simple-Mente
Beatriz Alvarez Barrón
Si te has dado cuenta que
tus relaciones con los demás se han complicado, que aparecen síntomas físicos
que no se resuelven y tus hábitos de sueño, alimenticios, sociales o tus
relaciones familiares se han alterado y te hacen sentir mal; es tiempo de
reflexionar en lo que vas a hacer con todo eso para que las cosas mejoren.
Las personas se preocupan de
su nivel de colesterol, de prevenir el sobrepeso, o de una gripa y no les
interesa prevenir o curar un trastorno mental. El qué dirán, el miedo o el
desconocimiento interfieren en la atención oportuna y temprana de las perturbaciones
mentales. La simple mención de la palabra les da miedo y prefieren ocultarse u
ocultar al familiar enfermo.
Hay mucho de físico en los
trastornos mentales y mucho de mental en los trastornos físicos. Un trastorno
está ubicado entre la normalidad y la patología, ya sea un síndrome o un patrón
de comportamiento psicológico de significación clínica que aparece asociado a
un malestar, dolor o discapacidad.
Una ocasión me dijo un
médico traumatólogo “no hay que tenerle miedo a los ruidos de los huesos” así
te digo que no hay porque temer a los trastornos mentales, hay que prevenirlos,
diagnosticarlos y curarlos. Muchas personas sufren de trastornos sexuales, del
sueño, de uso de sustancias y no se tratan, prefieren en silencio padecerlos y
sus familiares junto con ellos.
Se han clasificado en el
manual de diagnóstico diversos tipos de trastornos: de ansiedad, de inicio de
infancia, niñez o adolescencia, trastornos cognitivos, del estado de ánimo, de
la conducta alimentaria, de la personalidad, premenstrual hasta la
esquizofrenia y los trastornos psicóticos.
Se clasifican los trastornos
mentales, no a las personas. Un comportamiento político, religioso, sexual o
conflictos de una persona con la sociedad son trastornos mentales a menos que
la desviación o el conflicto sea síntoma de una disfunción.
Es muy común que se
clasifique a las personas con etiquetas como
“es un alcohólico” “es bipolar” “es drogadicto” en lugar de decir es una
persona con dependencia al alcohol o es una persona adicta a las sustancias.
En mi experiencia como
consultora terapéutica mi visión de la enfermedad mental ha ido modificándose
en la medida que he descubierto otras maneras de intervenir psicológicamente al
consultante ante una enfermedad física,
mental o ante un conflicto.
Diversos enfoques
terapéuticos se pueden usar para la solución de la problemática de las personas.
Antes de hacer un diagnostico hay que escuchar y entender lo que está
sucediendo, como lo vive el enfermo y como lo vive su familia.
En lo personal no hago
diagnostico clínico (no pongo etiquetas), veo a la persona o familia que
necesita ayuda con empatía y comprensión ante la problemática que me están narrando;
sin prejuicios.
Mi intervención es
humanista, con experiencia clínica y ante todo veo en el otro a un ser humano
que necesita ser escuchado, que necesita comprensión y que está pidiendo amor
para poder curarse.
Esto me da una dimensión
clara y objetiva que me ayuda a la comprensión del problema y a encontrar junto
con el consultante las posibles soluciones a su padecimiento. De acuerdo a sus
valores, necesidades y posibilidades de cambio; complementando con las estrategias
de éxito ya probadas en circunstancias similares, sin olvidar que cada persona
es única y que la intervención tiene que ser como un traje a la medida.
Hay mucha necesidad de
ayuda, se está viviendo demasiado estrés y los problemas se quieren solucionar
con violencia de todo tipo, y en lugar de que la persona encuentre paz mental,
aumentan sus conflictos porque la culpa y el miedo se apoderan de su
tranquilidad.
Para tener una vida
placentera, donde prevalezca la ausencia de miedo y enfermedad, se tiene que
actuar a tiempo pidiendo la ayuda de la
pareja, de la familia o de un profesional de la salud mental. De no hacerlo los
conflictos van en aumento y solo cuando se presentan las crisis se acude a
recibir atención. Esto provoca que la recuperación de la salud física y mental
o la solución del conflicto sean más tardadas y complicadas.
Consultoría en línea
terapiabreveconbeatriz@gmail.com
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