miércoles, 12 de junio de 2019

¿Cómo puede mejorar esto?


Simple-Mente
Beatriz Alvarez Barrón


Si te has dado cuenta que tus relaciones con los demás se han complicado, que aparecen síntomas físicos que no se resuelven y tus hábitos de sueño, alimenticios, sociales o tus relaciones familiares se han alterado y te hacen sentir mal; es tiempo de reflexionar en lo que vas a hacer con todo eso para que las cosas mejoren.
Las personas se preocupan de su nivel de colesterol, de prevenir el sobrepeso, o de una gripa y no les interesa prevenir o curar un trastorno mental. El qué dirán, el miedo o el desconocimiento interfieren en la atención oportuna y temprana de las perturbaciones mentales. La simple mención de la palabra les da miedo y prefieren ocultarse u ocultar al familiar enfermo.
Hay mucho de físico en los trastornos mentales y mucho de mental en los trastornos físicos. Un trastorno está ubicado entre la normalidad y la patología, ya sea un síndrome o un patrón de comportamiento psicológico de significación clínica que aparece asociado a un malestar, dolor o discapacidad.
Una ocasión me dijo un médico traumatólogo “no hay que tenerle miedo a los ruidos de los huesos” así te digo que no hay porque temer a los trastornos mentales, hay que prevenirlos, diagnosticarlos y curarlos. Muchas personas sufren de trastornos sexuales, del sueño, de uso de sustancias y no se tratan, prefieren en silencio padecerlos y sus familiares junto con ellos.
Se han clasificado en el manual de diagnóstico diversos tipos de trastornos: de ansiedad, de inicio de infancia, niñez o adolescencia, trastornos cognitivos, del estado de ánimo, de la conducta alimentaria, de la personalidad, premenstrual hasta la esquizofrenia y los trastornos psicóticos.
Se clasifican los trastornos mentales, no a las personas. Un comportamiento político, religioso, sexual o conflictos de una persona con la sociedad son trastornos mentales a menos que la desviación o el conflicto sea síntoma de una disfunción.
Es muy común que se clasifique a las personas con etiquetas como  “es un alcohólico” “es bipolar” “es drogadicto” en lugar de decir es una persona con dependencia al alcohol o es una persona adicta a las sustancias.
En mi experiencia como consultora terapéutica mi visión de la enfermedad mental ha ido modificándose en la medida que he descubierto otras maneras de intervenir psicológicamente al consultante ante una enfermedad física,  mental o ante un conflicto.
Diversos enfoques terapéuticos se pueden usar para la solución de la problemática de las personas. Antes de hacer un diagnostico hay que escuchar y entender lo que está sucediendo, como lo vive el enfermo y como lo vive su familia.
En lo personal no hago diagnostico clínico (no pongo etiquetas), veo a la persona o familia que necesita ayuda con empatía y comprensión ante la problemática que me están narrando; sin prejuicios.
Mi intervención es humanista, con experiencia clínica y ante todo veo en el otro a un ser humano que necesita ser escuchado, que necesita comprensión y que está pidiendo amor para poder curarse.
Esto me da una dimensión clara y objetiva que me ayuda a la comprensión del problema y a encontrar junto con el consultante las posibles soluciones a su padecimiento. De acuerdo a sus valores, necesidades y posibilidades de cambio; complementando con las estrategias de éxito ya probadas en circunstancias similares, sin olvidar que cada persona es única y que la intervención tiene que ser como un traje a la medida.
Hay mucha necesidad de ayuda, se está viviendo demasiado estrés y los problemas se quieren solucionar con violencia de todo tipo, y en lugar de que la persona encuentre paz mental, aumentan sus conflictos porque la culpa y el miedo se apoderan de su tranquilidad.
Para tener una vida placentera, donde prevalezca la ausencia de miedo y enfermedad, se tiene que actuar a tiempo pidiendo  la ayuda de la pareja, de la familia o de un profesional de la salud mental. De no hacerlo los conflictos van en aumento y solo cuando se presentan las crisis se acude a recibir atención. Esto provoca que la recuperación de la salud física y mental o la solución del conflicto sean más tardadas y complicadas.

Consultoría en línea
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