martes, 8 de mayo de 2018

¿Conoces el síndrome de Procusto?


Simple-Mente
Beatriz E. Alvarez Barrón


En la mitología griega, ese conjunto de mitos y leyendas que usaban los griegos para explicar su cosmogonía: sus dioses y héroes, a la naturaleza del mundo, los orígenes y significados de sus cultos y prácticas rituales que formaban parte de la religión de la antigua Grecia; crea el mito de Procusto (“estirador” o Damastes “controlador”) considerado hijo de Poseidón, era un gigante bandido y posadero del Ática.
“En su casa en las colinas ofrecía posada a los viajeros solitarios, mientras dormía el viajero en una cama de hierro, lo amordazaba y ataba a las esquinas de la cama. Si la víctima era alta y su cuerpo era más largo que la cama, le cortaba con serrucho las partes del cuerpo que sobresalían. Los pies, las manos o la cabeza.
Si era menor de longitud que la cama, lo descoyuntaba a martillazos hasta estirarlo. Se dice que nadie coincidía con el tamaño de la cama porque Procusto tenía varias camas: una exageradamente larga, otra exageradamente corta y una de longitud ajustable.
Un día llegó el héroe Teseo y retó a Procusto a acostarse en su propia cama, una vea ahí fue amordazado y atado. Lo torturó para “ajustarlo” a la cama como él hacia a los viajeros, cortándole a hachazos los pies y la cabeza. Matar a Procusto fue la última aventura de Teseo en su viaje hasta Atenas”.
Este mito cobra vida en la actualidad. Estamos viviendo momentos políticos y sociales en los que nos encontramos numerosos “Procustos”. En la calle, en la familia, en las redes sociales, en los medios de comunicación. ¿Quizás tú eres un Procusto sin saberlo?
La incapacidad para reconocer las ideas de otros, el miedo, la envidia, la sugestión, las creencias limitantes; pueden llevar a  las personas a tomar malas decisiones en su vida. Cortar la cabeza o los pies a todos los que sobresalen y que no se ajustan a las propias ideas o a aquéllos que parecen más pequeños en relación a la “grandeza” propia.
La cama de Procusto nos dice como la familia, la sociedad, la empresa o la política es un sinónimo de uniformidad y el síndrome es ese conjunto de expresiones y conductas de intolerancia a la diferencia.
Las personas que dicen que no se puede, que es mentira, que es una utopía y que no puedes alcanzar tus sueños, solo están viendo lo que ellos reflejan en tu persona: miedo.
¿Qué podemos hacer para no dejar que nos roben la energía cortándonos la cabeza, los pies y las manos? Desarrollar las virtudes esenciales:
Confiar en el mundo, ese poder está dentro de ti, es una fuerza propia, “Renuncia a lo que no quieres y quédate con lo que sí quieres”.
Ser Honestos. La congruencia en los que piensas, sientes, dices y haces es lo que te permite no estar en contradicción.
Tolerancia. “Sin juicios todas las cosas son igualmente aceptables”
Paciencia. “Los que están seguros del resultado final pueden permitirse el lujo de esperar, y esperar sin ansiedad”
¡Te invito a ampliar una mentalidad abierta!
Referencia sobre las virtudes: Manual para el maestro. Un Curso de Milagros. Foundation for Inner Peace.

terapiabreveconbeatriz@gmail.com




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