Simple-Mente
Beatriz E. Alvarez Barrón
En la mitología griega, ese
conjunto de mitos y leyendas que usaban los griegos para explicar su cosmogonía:
sus dioses y héroes, a la naturaleza del mundo, los orígenes y significados de
sus cultos y prácticas rituales que formaban parte de la religión de la antigua
Grecia; crea el mito de Procusto (“estirador” o Damastes “controlador”)
considerado hijo de Poseidón, era un gigante bandido y posadero del Ática.
“En
su casa en las colinas ofrecía posada a los viajeros solitarios, mientras
dormía el viajero en una cama de hierro, lo amordazaba y ataba a las esquinas
de la cama. Si la víctima era alta y su cuerpo era más largo que la cama, le
cortaba con serrucho las partes del cuerpo que sobresalían. Los pies, las manos
o la cabeza.
Si
era menor de longitud que la cama, lo descoyuntaba a martillazos hasta
estirarlo. Se dice que nadie coincidía con el tamaño de la cama porque Procusto
tenía varias camas: una exageradamente larga, otra exageradamente corta y una
de longitud ajustable.
Un
día llegó el héroe Teseo y retó a Procusto a acostarse en su propia cama, una
vea ahí fue amordazado y atado. Lo torturó para “ajustarlo” a la cama como él
hacia a los viajeros, cortándole a hachazos los pies y la cabeza. Matar a
Procusto fue la última aventura de Teseo en su viaje hasta Atenas”.
Este mito cobra vida en la
actualidad. Estamos viviendo momentos políticos y sociales en los que nos
encontramos numerosos “Procustos”. En la calle, en la familia, en las redes
sociales, en los medios de comunicación. ¿Quizás tú eres un Procusto sin
saberlo?
La incapacidad para
reconocer las ideas de otros, el miedo, la envidia, la sugestión, las creencias
limitantes; pueden llevar a las personas
a tomar malas decisiones en su vida. Cortar la cabeza o los pies a todos los
que sobresalen y que no se ajustan a las propias ideas o a aquéllos que parecen
más pequeños en relación a la “grandeza” propia.
La cama de Procusto nos dice
como la familia, la sociedad, la empresa o la política es un sinónimo de
uniformidad y el síndrome es ese conjunto de expresiones y conductas de
intolerancia a la diferencia.
Las personas que dicen que
no se puede, que es mentira, que es una utopía y que no puedes alcanzar tus sueños,
solo están viendo lo que ellos reflejan en tu persona: miedo.
¿Qué podemos hacer para no dejar que nos roben la energía
cortándonos la cabeza, los pies y las manos? Desarrollar las virtudes esenciales:
Confiar
en el mundo, ese poder está dentro de ti, es una fuerza
propia, “Renuncia a lo que no quieres y quédate
con lo que sí quieres”.
Ser
Honestos. La congruencia en los que piensas, sientes, dices y
haces es lo que te permite no estar en contradicción.
Tolerancia. “Sin juicios todas las cosas son igualmente
aceptables”
Paciencia.
“Los que están seguros del
resultado final pueden permitirse el lujo de esperar, y esperar sin ansiedad”
¡Te invito a ampliar una
mentalidad abierta!
Referencia sobre las
virtudes: Manual para el maestro. Un Curso de Milagros. Foundation for Inner
Peace.
terapiabreveconbeatriz@gmail.com
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