martes, 24 de abril de 2018

Las Zarigüeyas contendiendo


Simple-Mente
Beatriz E. Alvarez



Me platicó Casandra que un domingo por la noche “Se tropezaron cinco zarigüeyas en el bosque, ya se conocían pero no se habían reunido a  exponer y argumentar sus propuestas para la solución de los problemas de la población del  bosque donde habitaban. Era tiempo de cambiar.
Todas querían hablar al mismo tiempo pero no se entendían, entonces se escucho una voz muy potente a lo lejos, era la zarigüeya mayor, la más sabia, la más antigua en el bosque y les ordenó que hablaran una por una y que se escucharan con atención, luego podían refutar o estar de acuerdo con lo dicho.
¿Cuál es tu propósito? fue la pregunta que tenían que responder. Una a una narró de diferente manera pero con el mismo objetivo, que no querían a la zarigüeya que tenía más seguidores porque ya era anciana y hablaba muy pero muy lento.
La más joven de las zarigüeyas dijo muy sonriente y  con sus ante-ojos brillantes, que sus ideas para mejorar el bosque eran mejores que las de todos los presentes porque tenía toda la tecnología a su alcance.
Otra dijo mostrando sus filosos dientes, pero sin agresividad, que era muy honrada y que podían confiar en ella para los manejos del dinero porque tenía experiencia por sus anteriores trabajos y que le gustaba leer y estudiar, que  hablaba varios idiomas y que así podría comunicarse con las zarigüeyas de todo el mundo.
La  zarigüeya de pelo más largo muy apasionada y con firmeza en sus palabras, mirándolos a los ojos les dijo: que su propósito era defender a las familias de zarigüeyas y que haría uso de todos los recursos a su alcance, vale decir que su pareja ya había sido elegida presidente del bosque y que por hacer uso de  zarigüeyas armadas y entrenadas para matar, se desencadenó una ola de violencia tal, que todos los rincones del bosque sigue oliendo a sangre putrefacta.
La zarigüeya apodada “entremetida” quería venganza y con ironía y sarcasmo trataba de convencerlas de que ella era la mejor opción para vengar al pueblo, mutilaría a las ladronas.
Había momentos en que se paralizaban por el miedo al escuchar que podría darse “el perdón de penas” a las zarigüeyas encarceladas que robaban, mataban y secuestraban. También para las más malas del bosque y las que vendían sustancias que dañaban la salud y el bienestar social.
No se daban cuenta que las zarigüeyas asesinas y ladronas tenían familias que mantener y que otras desde su madriguera querían el poder para gobernar el bosque en disputa. Todas querían subir hasta lo alto de los árboles para desde ahí ver mejor a sus súbditas, levantar el dedo índice y dar órdenes de acuerdo a sus creencias, valores y principios. De acuerdo a sus intereses.
La población de zarigüeyas desde sus casas, veían y escuchaban a través de bocinas y pantallas que habían instalado desde horas antes del encuentro. Mientras sucedía el tropiezo de las cinco representantes, la población se peleaba, se gritaba, se insultaba.
Se formaron grupos diferentes para apoyar a sus elegidas; decenas, miles, millones de zarigüeyas gritando a los cuatro vientos quien era la mejor para mandar. Lo único de lo que no se daban cuenta era que solo estaban de acuerdo con la zarigüeya que dijera lo que querían escuchar.
Sin consciencia, sin reflexión acerca de las necesidades de toda la población, solo veían las necesidades de ciertos sectores del bosque y de sus propios intereses”.
 ¿Sería posible en el mundo de las zarigüeyas que unieran sus propósitos para llegar a un fin común que beneficiara a todas? Si la que representa a cada uno de los diferentes grupos es la mejor, la más honesta, la más capaz, la más inteligente, la que tiene más práctica ¿me pregunto por qué no unen todas sus capacidades y experiencias, sus recursos, sus amistades, sus consejeros, sus aliados, para que todas las zarigüeyas vivan en un bosque mejor?

terapiabreveconbeatriz@gmail.com



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