martes, 14 de noviembre de 2017

¿Has sufrido acoso callejero?

Simple-Mente Beatriz E. Alvarez
Mapas, botón de pánico, redes sociales de autoprotección y línea telefónica para denuncias ¿serán suficientes para acabar con el acoso callejero? Los estudios de percepción sobre la violencia comunitaria revelan que siete de cada diez mujeres consideran que la casa es donde hay más violencia (Tlaquepaque, Zapopan y Guadalajara) y tres de cada diez piensan que es la calle (Tonalá, Tlajomulco y Puerto Vallarta)Instituto Jalisciense de las Mujeres. El acoso callejero, es acoso sexual. Es una forma de intimidación o coerción a través de comportamientos verbales (chiflidos, piropos) no verbales (señas obscenas) y física (tocamientos, frotación) que atentan contra la dignidad de una persona; se crea un entorno intimidatorio, humillante y ofensivo. Algunas vivencias reflejan la vulnerabilidad de las personas que sufren del acoso callejero, sin importar la edad o sexo: “Tenía nueve o diez años, recuerdo que iba caminando en la calle con mi prima Teresa, íbamos a la casa de mi abuelita, vi a un señor que caminaba hacia nosotras, cuando paso frente a mí, abrió su gabardina y nos mostro sus genitales”. “Cuando era adolescente, en el camión un señor se sentó junto a mí, quito el portafolios que tenía sobre sus piernas, llevaba abierto el cierre del pantalón, me mostro sus genitales, me pare y me fui a sentar a la parte trasera del camión hasta que llegué a mi parada”. “Caminando por las calles de la colonia, en la estación de camiones, aparece algún chofer con dichos obscenos. Una ocasión saliendo de la casa de mi mejor amiga, tenía yo catorce años, me correteo un hombre que casi me alcanza, mientras me decía cosas que me atemorizaron”. “Con mi novio, en la primera oportunidad que tuvo de estar a solas conmigo en mi casa, me forzó a acostarme sobre el sillón y quería tener relaciones sexuales, decía que nos casaríamos; yo lo rechace y lo corrí de la casa”. “En la preparatoria un maestro de historia me pidió que fuera junto con otros compañeros a su casa a calificar los exámenes finales, cuando llegué no había nadie, solo él y yo, me abrazo y quiso besarme, como no le correspondí, se enojo y me dijo que ya tenía diez de calificación. Salí de ahí temblando y corriendo”. Estas historias se repiten todos los días en diferentes ciudades del mundo y puede producir efectos mentales negativos en las víctimas. Es una situación en la que se violenta y se quebrantan los derechos de las personas y pone en riesgo la integridad emocional del individuo. Las consecuencias psicosociales del acoso callejero, se reflejan en el bajo rendimiento escolar y laboral ya que es una fuente de estrés. Se pueden presentar síntomas como palpitaciones, apatía, pesadillas, insomnio, dificultad para respirar, baja autoestima, angustia y depresión. La víctima lo afronta en solitario, hasta que la gravedad de la situación aumenta es cuando busca apoyo. Si eres víctima de acoso callejero ¡denúncialo! terapiabreveconbeatriz@gmail.com

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