martes, 19 de julio de 2016

Responsabilidad social

El sábado pasado en la madrugada en Av. México esquina Terranova, muere una mujer acompañante de un motociclista al chocar con un vehículo. Estas noticias se escuchan frecuentemente los fines de semana, por el exceso de velocidad, la falta de protección (casco o cinturón de seguridad) y posiblemente consumo de alcohol y drogas. La necesidad de descanso, diversión y convivencia social gratificante la necesitamos todos, el problema es que los jóvenes aceptan como normal a lo frecuente, sin cuestionarse demasiado. Acostumbran salir a divertirse, beben alcohol y consumen drogas sin darse cuenta que ponen en riesgo su vida y la de los demás. ¿Cómo experimenta la pérdida, esta familia que ya no vio regresar viva a su hija, hermana, sobrina, y nieta? Las causas principales de muertes en los jóvenes son actos violentos como los accidentes, homicidios y suicidios. ¿Qué podemos hacer para prevenirlos? La respuesta es: responsabilizarnos como sociedad. Sabemos que existen riesgos individuales, familiares, sociales y culturales y que la función de los factores de prevención es la de reducir estos riesgos que tiene la juventud. La solución son los factores de protección que se pueden implementar: el apoyo familiar (guía, cuidados y supervisión), consumo de alcohol moderado en la familia, practicar sistemáticamente algún deporte, tener información sobre las consecuencias del abuso del alcohol y drogas y la capacidad de salir adelante a pesar de las situaciones adversas. Cuando un joven ha vivido donde alguno de sus familiares es alcohólico, y él o ella, no desarrolla esa adicción, le llamamos resiliente. Quiere decir que disfruta un proyecto de vida, que es tolerante a la frustración, que se identifica con modelos o roles saludables y que tiene una comunicación asertiva (respuesta oportuna y directa que respeta la posición propia y la de los demás).Conocer las condiciones de riesgo, permite prevenirlas y desarrollarnos en un ambiente sano; donde el amor, la confianza, las reglas claras y la información, sean un escudo para proteger a nuestros hijos. Hay que hacer algo por la comunidad en que vivimos, el liderazgo viene de la comunidad. Para generar cambios de actitudes y comportamientos en los jóvenes, necesitamos: educación para la salud, participación comunitaria y apoyo de los gobernantes. “Al barco que no sabe a dónde va, ningún viento le favorece”. terapiabreveconbeatriz@gmail.com

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